La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, lo que supone que este concepto va más allá de la existencia o no de una u otra enfermedad. En consecuencia, más que de una vida sana hay que hablar de un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social.
Ejercicio físico: las recomendaciones generales determinan unos 30 minutos diarios de actividad física, siendo suficiente caminar a paso rápido durante este tiempo. Ello permite quemar las calorías sobrantes y fortalecer músculos y huesos, pero también ayuda a controlar la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre, además de contribuir a la eliminación del estrés y ayudar a dormir mejor, adquirir un estado de relajación y evitar cambios de humor, mejorar la autoestima y el estado de satisfacción personal. También puede ser un buen medio para desarrollar una saludable actividad social cuando el ejercicio se hace en compañía.
Equilibrio mental: no se refiere a la existencia de enfermedades mentales, sino al estado de bienestar emocional y psicológico, necesario para mantener y desarrollar las capacidades cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los retos personales y profesionales de la vida diaria. El estrés, el cansancio, la irascibilidad, la ansiedad son, entre otros, algunos de los signos que indican que el estado mental no es del todo saludable.
Actividad social: las relaciones sociales son un aspecto fundamental para la salud del ser humano y, en consecuencia, para un envejecimiento saludable. El aislamiento social puede llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la incapacidad física y la demencia.
Fuente: Medlineplus
Llevar un estilo de vida saludable es mucho más que ir al gimnasio un par de veces a la semana. Son muchos los beneficios que podemos obtener combinando una dieta balanceada con ejercicio constante. ¿Cuáles son los más importantes en esta época en que vivimos? Disminuir los niveles de estrés, el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión, entre otros.
Los beneficios de una vida saludable
Adoptar un estilo de vida más sano significa distribuir mejor nuestro tiempo para hacer ejercicio y ser capaces de identificar y deterner conductas poco provechosas, como consumir comida chatarra regularmente. Todas estas alteraciones de la salud surgen debido a factores de riesgo que pese a ser conocidos, por general solemos pasar por alto. Sin embargo, si incorporamos hábitos saludables en la rutina diaria y mejoramos nuestra calidad de vida, los beneficios seran superiores a las pérdidas:
- Prevención de enfermedades cardiovasculares: hacer deporte fortalece nuestro corazón, manteniéndose saludable y evitando riesgos coronarios.
- Aumento de la expectativa de vida: el ejercicio nos mantiene más sanos y tiene un importante efecto durante la tercera edad, evitando el desarrollo de patologías crónicas que afectan nuestra calidad de vida.
- Liberas tensiones y te desestresas: una de las formas más fáciles y económicas de despejar la mente de las presiones del día a día es haciendo deporte. Pueden ser desde una caminata diaria de 20 minutos hasta ir al gimnasio, es todo lo que basta para hacer una importante diferencia en el estado anímico.
- Bajas de peso de forma saludable: sin dietas peligrosas y sin pasar hambre, el deporte es la herramienta que permite mantenernos en un peso óptimo y sano
- Mejora tu capacidad pulmonar: hacer ejercicio nos permite aumentar nuestra resistencia y mejorar la respiración.
- Evitas dolores musculares: un entrenamiento correcto permite fortalecer nuestra musculatura, mejorando nuestra postura y haciendo desaparecer esos molestos dolores de espalda, de cuello y hombros.
- Favoreces la digestión: el deporte en general y, específicamente, algunas actividades como el yoga o pilates, previenen el estreñimiento y facilitan una buena digestión.
- Previenes problemas óseos y articulares: con el deporte los huesos se fortalecen y las articulaciones se mantienen sanas; evitamos la aparición de enfermedades como la osteoporosis o artritis.
- Mejoras tu equilibrio, resistencia y agilidad: en todo tipo de ejercicios trabajas alguna de ellas o las tres; estas te permiten evitar caídas y prevenir diversos tipos de lesiones.
- Mejoras tu ánimo: al hacer deporte tu cuerpo genera endorfinas, es la llamada “hormona de la felicidad” y nos ayuda a estar de mejor humor, más felices y positivos.
Fuente: achs