La Producción de electricidad
1. Cómo se produce la energía eléctrica a partir del sol
La producción de electricidad mediante la energía solar se realiza por medio de lo que se
denomina efecto fotovoltaico.
El efecto fotovoltaico consiste en producir un voltaje en un material que tenga características
de semiconductor mediante la absorción de una radiación electromagnética como la luz.
Básicamente un semiconductor es una sustancia o material que posee una conductividad
eléctrica intermedia. Esto significa que no tiene ni conductividad tan buena como el metal ni
tan mala como los aislantes.
2. Cuáles son los materiales básicos.
Los paneles fotovoltaicos son células de materiales semiconductores agrupadas para lograr
una potencia eléctrica determinada. Lo que comúnmente se denomina panel solar es un conjunto
de módulos fotovoltaicos unidos entre sí mediante una conexión en serie y/o paralelo.
Un módulo fotovoltaico es un conjunto de células fotovoltaicas unidas entre sí mayoritariamente
en serie. Una célula fotovoltaica es un dispositivo con dos electrodos capaz de generar
entre ellos una fuerza electromotriz por efecto de la iluminación.
2.1- Diferenciación entre célula-módulo-panel
Las células pueden ser de silicio, teluro de cadmio, seleniuro de cobre e indio, arseniuro de
galio, y las denominadas CdS con cobre, si bien actualmente en el mercado los módulos
fotovoltaicos o conjunto de células están constituidos por silicio. En función de la pureza de
éste, se puede hablar de módulos policristalinos, monocristalinos, y de silicio amorfo. La
tensión de estos módulos fotovoltaicos oscila entre 14 y 16 voltios. Y en función del número
de células se obtiene un rango de potencia entre 20 y 100 watios. La fabricación de los
módulos fotovoltaicos exige un proceso tecnológico bastante complicado, puesto que la
obtención del silicio requiere altas temperaturas y las células deben de ir encapsuladas en
materiales especiales. A pesar de ello, el montaje de los módulos e instalación de paneles
no tiene una excesiva complicación.
Evidentemente, en base a las conexiones entre módulos (en serie o paralelo o la combinación
de ambas) que se efectúen, podrán darse diferentes tensiones de salida de los
paneles fotovoltaicos, que deberán tener correspondencia con el sistema de acumulación
que se utilice.
La corriente de estos paneles es corriente continua. Por tanto, una instalación de paneles
fotovoltaicos, si quiere ofertar su energía en condiciones estandarizadas de consumo,
habrá de contar con un convertidor de alterna del mismo rango de tensión y potencia que
la que quiera ser utilizada por el usuario.Sección de panel fotovoltaico.
3. Por qué y cómo acumular la energía fotovoltaica
La producción de energía fotovoltaica estará mediatizada por la presencia de iluminación
-radiación incidente- que se produzca en los paneles. Esto supone que la energía producida
o capturada a la radiación solar, o bien se consume en el momento de su producción o
bien habrá de contar con un sistema de almacenamiento que posibilite hacer uso de la
energía cuando sea necesaria.
El sistema de almacenamiento más utilizado son las baterías. Éstas, pueden ser de varios
materiales: plomo-ácido, níquel-cadmio, redox (cromo y hierro), ... A su vez, pueden ser de
rápida carga y descarga, o bien de rápida carga y lenta descarga, de lenta carga y lenta
descarga, siendo estas últimas las más apropiadas para una instalación fotovoltaica. Así
mismo, la instalación fotovoltaica habrá de contar con un sistema de regulación que impida
un sobreexceso de carga en las baterías cuando éstas puedan recibir mayor producción
energética que la que puedan acumular.
Otro sistema de almacenamiento más inmediato e indirecto es la red eléctrica. En esta
modalidad, la energía producida por la instalación fotovoltaica pasaría a la red de distribución
general, actuando ésta como un acumulador provisional en el trayecto de distribución
hasta su consumo.
4. Selección de la instalación.
A la hora de valorar la realización de una instalación fotovoltaica habrán de tenerse en
cuenta los factores de calidad de los módulos fotovoltaicos y su relación con el precio
del mercado, el tipo de baterías a utilizar, siendo aconsejables las de plomo ácido de
lenta carga y descarga, también denominadas estacionarias dada la duración en número
de ciclos de carga y descarga que tienen, el sistema de regulación entre el panel y
las baterías, así como la necesidad de un tipo de corriente u otro: alterna o continua,
juntamente con el convertidor de corriente correspondiente.
La estimación de amortización de los costes de inversión en el supuesto de una instalación
conectada directamente a la red eléctrica, vendrá condicionada por los elementos anteriormente
enumerados (sin tener en cuenta el sistema de acumulación), las exigencias de voltaje
e intensidad que requiera la compañía eléctrica, y el precio que ésta tenga establecido
por kWh aportado a la red general.
5. Consideraciones medioambientales.
En el proceso de fabricación de los módulos fotovoltaicos se precisa una gran cantidad de energía,
pero que es inferior a aquella que producen a lo largo de su primer año de funcionamiento.
El impacto ambiental de la energía que producen es prácticamente nulo, puesto que no contamina,
no emite ruido, y si el panel fotovoltaico se encuentra integrado en la edificación el
impacto ambiental es inexistente.
La duración de un panel fotovoltaico de silicio monocristalino y policristalino es superior a veinticinco
años, pero en aquellas instalaciones en las que sea preciso acumular la energía producida,
se genera un problema ambiental derivado. La durabilidad de las baterías de forma óptima
puede cifrarse en diez-doce años. Ello genera un problema ambiental, puesto que se hace
preciso reciclar el plomo y el ácido contenido en las mismas, el gel o el níquel-cadmio utilizado,
en función de la elección del sistema de almacenamiento. Por ello, en lugares en donde
sea precisa la utilización de baterías, este pequeño “handicap” de “qué hacer con los materiales
contaminantes” habrá de ser asumido.
Sin embargo, en aquellos lugares en donde la instalación fotovoltaica se encuentre conectada
a la red eléctrica, la valoración de la energía de origen fotovoltaico es óptima. Se trata de una
energía limpia, no contaminante, acorde con el entorno, inagotable y que favorece la no dependencia
energética de terceros.
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